Les quiero dar mi testimonio de ese día “18”

Bueno, yo pensaba que algo iba a pasar, le comentaba a mi hijo: “algo va a pasar”… no quería el sacrificio de muchos jóvenes, como lo hice yo en el tiempo del 73, donde perdí a casi todos mis amigos. Yo decía: “no quiero eso”,  “no quiero un golpe”, y mi hijo me decía: “mamá, no están las condiciones para un golpe”. Con las horas, el terror se convirtió en alegría en el momento de ver que los jóvenes nos estaban representando en lo que los viejos no hicimos.

La incertidumbre de los días posteriores

Viendo el desastre que estaba pasando y que el gobierno escondía muchas cosas, el 18 en la noche fue de terror, yo estaba muy horrorizada, porque no sabía que iba a pasar al otro día. El día 19, sábado en la mañana, lo recuerdo como si fuera ayer: abrazo a mi hijo, me pongo a llorar y le digo: “¡hijo, van a hacer toque de queda!, estos van a hacer algo para que la gente no salga a la calle, va a morir más gente”, y me dice: “mamá, no va a ver toque de queda, estamos en un gobierno democrático”. Pero así fue, como a la hora después escuchó en la radio que va a ver toque de queda. Lloré y lloré mucho, creo que todo el sábado y el domingo.

El lunes, ya estaba en pie, apoyando, porque me dije: “no me puedo quedar así, solamente llorando, tengo que apoyar este movimiento. Donde allá una cosa que hacer, dentro de mis posibilidades, lo voy a hacer”. ¡Y así fue! Pero me costó mucho sí, me ha costado mucho asumir que hay muertos, que han quedado sin ojos muchos jóvenes, como Fabiola, y los muchos presos que hay todavía, eso me duele.

Los días siguientes los viví con mucha pena. Y no era solo yo, porque yo me comunicaba con mis amigos que son de mi edad, arriba de 60, 70 años, ya que tenemos un grupo muy grande de los que estamos vivos, somos los sobrevivientes del 73. Y todos estábamos en las mismas, con mucha pena y mucha rabia, pero siempre apoyándonos a nosotros y tratando de apoyar a nuestros hijos por las actividades que se hacían.  Mi territorio se organizó haciendo actividades, organizándonos con los vecinos, tocando la olla, con eventos musicales. Como que la gente se organizó sola y me venían a preguntar que iba a pasar más adelante y yo no sabía darles respuestas.

A un año de la revuelta

Este 18 ya es un hito para todo Chile, porque fue cuando votamos las caretas de muchos políticos que todavía no ven que el pueblo necesita ayuda. ¡Luchamos tanto por una democracia! Durante 17 años, en los que vimos morir a amigos, o que fueron torturados, desaparecidos, exiliados. Y ¿para qué? -decimos nosotros-, ¿para esto?, ¿para que sigan matando a nuestros jóvenes?. Bueno, para mí es un hito el día 18, y hasta el día que muera voy a seguir ayudando a organizar eventos, y para contarle a mis nietos todo lo que está pasando, que los jóvenes nuevamente salieron a la calle a luchar.

Yo creo que yo estoy luchando desde los 13, 15 años, más o menos, cuando con mi papa salía a reuniones por todo lo que había, para un Chile justo. A mí nunca me faltó nada en la casa, porque mi papá era un buen obrero, pero yo he visto mucha carencia en todos mis vecinos. Yo creo que la falta de educación, las carencia en los servicios (porque en todos estos años ningún consultorio se ha mejorado, porque yo soy del CESFAM de Los Nogales y siempre es lo mismo: que no hay hora, que no hay médico, que el médico está con licencia); si no se hace algo, todo esto va a seguir. El hito más grande es que sigamos conmemorando este 18 por todos los que se fueron este tiempo.

A lo mejor no veré los beneficios de toda esta lucha que estamos dando, pero lo verán mis nietos y mis bisnietos. Porque acá en Chile ha sido muy difícil esta lucha y -ustedes saben-, todo lo que se ha ganado ha sido a partir de matanzas obreras. Aunque el miedo que me da -bueno, yo cuando era joven no tenía ese miedo-, pero el miedo que tengo es que mis hijos, mis nietos, pasen por cosas tan horribles como las que pasamos nosotros. Ahora tenemos miedo por los hijos, que ahora van a las marchas, que siempre están discutiendo con los vecinos, haciéndoles ver que sí, que hemos ganado cosas en este tiempo.

Le doy un montón de gracias a todos los jóvenes, a tí, a tus alumnos*, por todo el trabajo que hacen, y solo darles gracias y fuerza a los jóvenes.

* Se refiere al equipo de Memorias de Chuchunco