Con una alta y entusiasta convocatoria, y una destacada participación de académicos/as, investigadores/as, estudiantes, artistas populares, dirigentes vecinales y organizaciones sociales, se realizaron ayer las IV Jornadas de Historia Oral, Historia Local y Memoria Popular, en la Universidad Andrés Bello.

El encuentro reunió a más de 60 personas a lo largo de la jornada, consolidando este espacio como una instancia única de diálogo, reflexión y colaboración entre quienes trabajan con, desde y para la(s) memoria(s) popular(es). Organizadas por el Programa Memorias de Chuchunco, el Proyecto Memorias y Archivos Liceanos (USACH), el Proyecto Memorias del Siglo XX (Archivo Nacional) y el Instituto de Estudios Patrimoniales (Universidad Finis Terrae), con el patrocinio del Doctorado en Humanidades Aplicadas (UNAB) y el Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile, estas cuartas jornadas reafirmaron su carácter de encuentro para la construcción de redes y la socialización de proyectos en torno a estas temáticas.

En la apertura, Daniel Fauré (UNAB) recalcó que la memoria social trasciende lo académico, por lo que no puede contenerse únicamente en el trabajo intrauniversitario ni producirse solo desde los formatos tradicionales de investigación. La memoria, como interpretación colectiva del pasado, se construye cotidianamente en los barrios y poblaciones, en los archivos comunitarios y en las radios populares. También en espacios de educación popular y escuelas formales, así como en múltiples proyectos artísticos que miran e interpretan el pasado reciente con nuevos lenguajes. Por ello —señaló Fauré— es en lo que llamamos la sociedad civil donde se producen cotidianamente discursos que interpretan el pasado y que salen a disputar sentidos en el espacio público. De ahí el valor de este encuentro: permite conocer y reconocer esas múltiples formas de producción de memoria y pensarlas colectivamente para potenciarlas.

Memorias y archivos: experiencias a lo largo de Chile

La primera mesa, moderada por Nicolás Holloway (Memorias del Siglo XX – Archivo Nacional), abrió el día con una reflexión sobre los modos en que se están constituyendo diversos archivos comunitarios como espacios de resguardo de la memoria popular, de experiencias de resistencia y de fortalecimiento de la identidad territorial.
Las presentaciones abordaron iniciativas que van desde la creación de archivos territoriales —como el proyecto Diálogos Australes, de Punta Arenas— hasta archivos digitales parroquiales y experiencias en torno a figuras culturales locales, como el poeta y fundador de la Casa de la Cultura de La Legua, Víctor Hugo Castro.

La conversación puso de relieve la necesidad de fortalecer el trabajo de archivo en las organizaciones comunitarias, especialmente en aquellos espacios que no se inscriben dentro de la lógica de lo público o lo privado, sino que responden a formas de gestión social y colectiva del patrimonio local.

Historia oral e historias locales en perspectiva nuestroamericana

La segunda mesa, moderada por Marco Lagos (USACH–UOH), reunió investigaciones procedentes de Brasil, México y Colombia, dando un fuerte carácter latinoamericano al encuentro.
Los ponentes reflexionaron sobre la historia oral como herramienta de memoria, resistencia y reconocimiento de las luchas populares en contextos de desigualdad y conflicto, abriendo un diálogo fecundo sobre las memorias populares en el continente. El intercambio permitió destacar la importancia de construir redes transnacionales de memoria y de pensar la historia oral como una metodología viva, que conecta las luchas locales con los procesos regionales más amplios.

Memorias populares y comunicación comunitaria

Durante la tarde, la tercera mesa —moderada por Yanny Santa Cruz (USACH)— reunió experiencias que articularon memoria, organización y territorio. Los proyectos expuestos abordaron temas como las ollas comunes en la población José María Caro y cómo estas acciones constituyen prácticas de memoria social con fuerte protagonismo femenino. Además, se presentó el proyecto Territorios Audiovisuales, encabezado por la Radio JGM (U. de Chile), que busca crear un repositorio de las memorias de la comunicación popular de Santiago. Las ponencias instalaron un debate en torno a cómo comunicar las memorias que surgen desde los barrios populares, y de qué modo la comunicación popular y comunitaria puede potenciar esos procesos.

Cerrando la jornada, la cuarta mesa —moderada por Pía Acevedo (Universidad Finis Terrae)— abordó las relaciones entre historia local y memoria en tres territorios distintos: Cerro Navia, Villa COVICO (La Serena) y la UMCE (ex Instituto Pedagógico), generando interesantes debates en torno a los cruces generacionales en estas memorias y al protagonismo de la niñez y la juventud como sujetos activos en la reconstrucción del pasado reciente.

Un espacio que crece y se proyecta

Las IV Jornadas confirmaron el crecimiento sostenido de este espacio, que comenzó como una iniciativa asociada al Programa Memorias de Chuchunco pero que hoy se proyecta como un punto de encuentro entre universidades, comunidades y organizaciones sociales de distintas regiones y países.

Entre las principales proyecciones surgidas del encuentro, los participantes destacaron la necesidad de fortalecer el sector de archivos comunitarios y de profundizar en los dispositivos de comunicación social de las historias locales y las memorias producidas territorialmente.
El cierre de la jornada estuvo marcado por el reconocimiento al trabajo colaborativo entre instituciones y por el compromiso de mantener viva la red de memorias populares, generando futuras actividades que continúen expandiendo los debates abiertos en esta edición.